Un hombre acaba de despertar de un coma. Una mujer embarazada quiere conocer la capital. Un chico vestido de mariposa descubre la pobreza. Una pareja de secuestradores se convierte en víctima. Unos hermanos crean el más terrible juego de internet… Los temas de los hombres y mujeres que conforman Bogotá 39 son tan diversos como ellos. Como sus nacionalidades. Como sus trayectorias.
Treinta y nueve escritores, nacidos en América Latina en el año de 1977 o después, son los llamados a convertirse en las nuevas voces del continente, y estarán presentes en el Hay Festival que comienza hoy en Cartagena.
Vienen desde Puerto Rico hasta Chile, pasando por Cuba, Guatemala, Uruguay, Brasil y Bolivia, entre otros, y aunque hay muchos que son escritores conocidos en sus países de origen (como Juan Esteban Constaín en Colombia o Valeria Luiselli en México), en su gran mayoría son muchachos jóvenes que apenas comienzan en el mundo de las letras y que desde ya muestran un extraordinario talento.
Es cierto que tienen pocas cosas en común. Hay editores, traductores, periodistas, profesores y estudiantes. Unos viven en sus países de origen, otros están radicados en Europa o Estados Unidos y hay quienes ni siquiera escriben en su idioma natal. Tal vez lo único que los une –aparte de su juventud– es esa constante mirada desde la orilla, esa obsesión incisiva por el lenguaje, esa fascinación por los personajes. Esa magia, que es común en realidad a todos los escritores sin tener en cuenta su edad o su lugar de origen, que también los toca a ellos, y de qué manera.
Durante las charlas del Hay festival, no solo en Cartagena sino en Bogotá, los jóvenes de Bogotá 39 hablarán de su obra y de su particular mirada a la literatura. Las charlas, que también serán muy variadas, tocan temas como la violencia, el exilio, los oficios paralelos, el género y, por supuesto, cómo comenzaron a escribir y por qué.
Es gracias a la mirada fresca de los escritores de Bogotá 39 que los lectores pueden volver a repasar los problemas de nuestro continente: la ignorancia, la pobreza, la guerra, la corrupción y la intolerancia. Pero también pueden detenerse a pensar sobre temas comunes como el amor, la solidaridad, el humor, la naturaleza y la belleza.
Las voces que se escucharán en las diferentes charlas de Bogotá 39 serán el preámbulo de muchos libros, de muchas miradas, de muchas formas de abordar un solo continente, y además, serán la constatación de que la literatura en América Latina pasa por uno de sus mejores momentos, no solo por los escritores escogidos, sino por la enorme cantidad de voces que aún están por escucharse.