El compromiso con la mentira

Alberto Manguel pasó los primeros siete años de su vida en Israel como consecuencia de que su padre fue el primer embajador argentino en ese país. Se crió con una nodriza checa que lo introdujo en la Deutsche Kultur, enseñándole inglés y alemán, literatura, historia y filosofía. Desde muy pequeño le comenzó a leer cuentos y un día, cuando tenía tres años, miró por su ventana y vio unas manchas en un cartel. Entonces se dio cuenta de que “era un mago que podía transformar esas manchas en narración”. Ahí comenzó su relación con la lectura.

Manguel conversó con Juan Gabriel Vásquez sobre su crianza tan poco convencional, su relación con la literatura y sus lecturas esenciales. También dialogaron sobre el lugar de la ficción en la evolución humana: a partir de un relato escrito en tiempos tan remotos como es el caso del Gilgamesh, la ficción adquirió el poder fundamental de construir empatía: la capacidad de meter al lector en la piel del otro. “Tú puedes escribir sabiendo que los lectores se van a comprometer con la mentira”, dijo Manguel, analizando ese juego entre el escritor y el lector que consiste en convertir la ilusión en realidad. O como lo dijo Vásquez: “comprometernos emocionalmente con los destinos de gente que no existe”.

Manguel mencionó a Alicia en el país de las maravillas y La divina comedia como sus novelas esenciales puesto que construyen “universos que lo tienen todo”. Mientras que la obra de Lewis Carroll lo ha acompañado casi toda la vida, la de Dante fue un descubrimiento tardío. “Los libros tienen una paciencia infinita,” dijo Manguel, refiriéndose al libro que ahora lee a diario. El Quijote, por otro lado, es objeto de su fascinación porque “Alonso Quijano se deja permear por sus lecturas”. Manguel y Vásquez fantasearon sobre cómo sería tomarse un café con Cervantes y la habilidad de los escritores de dejarse influenciar por los personajes que crean, de plantear preguntas, pues “la literatura no da respuesta salvo si es mala (…) La literatura no es un escape. Nos mete de bruces en la realidad”.