"En Irlanda del Norte jamás pensaron en la idea de que había que lidiar con el pasado"

Hay momentos en la vida de un cronista acostumbrado a entrar y salir de mundos distintos en los que una fuerza desconocida, cierto magnetismo del universo al que se ha asomado, lo lleva a escribir un libro sobre un tema en particular. Para Patrick Radden Keefe el tema fue el conflicto armado en Irlanda del Norte, mejor conocido como The troubles o los problemas. La energía que lo convocó a investigar y escribir durante cinco años es desconocida, pero el éxito de No digas nada (Ed. Reservoir Books, 2020) confirma que estaba llena de luminosidad y sentido.

Una de las claves, sin duda, está en el pasado de Radden Keefe, que creció en Boston, hijo de descendientes irlandeses. "De algún modo ese conflicto bélico entre católicos y protestantes siempre estuvo presente en mi vida, aunque fuera una especie de telón de fondo", contó en la charla del Hay Digital Medellín con Ricardo Corredor.

Como todo conflicto armado, el asunto es complejo. Había un sentimiento independentista que dialogaba con la República de Irlanda, pero también otro que quería preservar la unión con Inglaterra, los había violentos, pacíficos, extremistas y radicales. Al final, fue un conflicto con muchos vectores y atrocidades de cada lado, que terminó treinta años después con los acuerdos de paz del Viernes Santo firmados por los gobiernos de Irlanda y Reino Unido y ocho agrupaciones políticas de Irlanda del Norte.

Radden Keefe logró unificar este entramado de intereses y narrativas comenzando por la historia de una mujer que fue desaparecida en los años setenta, cuando las tensiones explotaron. "Creo que las historias complejas se cuentan mejor dentro de un marco narrativo con personajes a los que puedes seguir; sus destinos te van guiando por el material, sin importar qué tan denso sea. En el caso de la desaparición de Jean McConville se tocaban muchas historias que yo quería contar".

Hay cuatro personajes principales que recorren el libro de principio a fin, entre ellos el líder del Sin Fein Jerry Adams. "Este personaje es una paradoja. Él fue muy influyente en el proceso de paz, la gente sabía de su involucramiento con el movimiento armado pero no había una consciencia clara al respecto, por lo que al momento de negociar los gobiernos pudieron decir que no estaban sentados con los alzados en armas, sino con una especie de negociador".

A pesar de que era el único de los cuatro que estaba vivo cuando Radden Keefe empezó el proyecto, no fue una pieza útil para desenterrar la verdad. Una verdad que si bien es multilateral, jamás ha sido recogida en un relato que los involucrados puedan escuchar y llegar a comprender. "Los que firmaron el acuerdo hicieron un trato mirando hacia el futuro, jamás pensaron en la idea de que había que lidiar con el pasado en algún momento para que hubiera una reconciliación", explicó Radden Keefe quien es periodista de la revista The New Yorker.

Se sembró una cultura del silencio en torno a lo que sucedió en el conflicto, y la paz, para sorpresa de muchos, se ha mantenido a lo largo de dos décadas. "Lo que uno ve al indagar en esto es una sociedad muy dividida. Quizá el precio que hubo que pagar para que hubiera paz fue el silencio, pero no sé si la reconciliación sea posible así. Las heridas y la indignación no se van. Como escritor y periodista creo que la verdad terminará saliendo", concluyó.