Si se analiza la tendencia del libro digital parecería que su auge se ha estabilizado y el libro de papel sigue siendo el preferido. “Hay algo autoritario en un libro que se ha impreso con el consenso de gente muy seria, interesada en sacar algo que suene a verdad”, dijo Michael Bashkar, uno de los gurús de la edición en el mundo.
Según él, el riesgo más grande a la industria editorial no es Amazon o las distintas formas de autopublicarse, sino el hecho de que la tecnología digital está reconfigurando nuestros cerebros y hace más difícil que interactuemos con textos largos y densos. Microsoft llevó a cabo un estudio donde demostró que el rango de atención humana había bajado de doce minutos en el año 2000 a ocho en el 2013 (uno menos que el de un pez bailarín).
Para Peter Florence, miembro fundador del Hay Festival, otro de los problemas que nos pone la tecnología es que da un sentido permanente de estar ocupados, que es tóxico para la lectura. Del otro lado, la generación de Harry Potter demostró que la narrativa extensa, siempre y cuando tenga calidad, tiene una enorme capacidad para atrapar al lector.
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