“No quiero ser la hija de Stalin”
“Para mí era una figura trágica, y como escritora tuve la oportunidad de narrar todo lo que ella vivió”, dijo Rosemary Sullivan mientras contaba apartes de su más reciente publicación, La hija de Stalin: La extraordinaria y tumultuosa vida de Svetlana Alliyeva.

La vida de Svetlana fue, en efecto, tumultuosa. También fue trágica, con amores, desamores y estafas, como las historias de las telenovelas. Deseosa de escapar de la crueldad de su país, Svetlana sorprendió al mundo entero cuando tomó la decisión de huir a los Estados Unidos, pero ese no fue su único acto de rebeldía. La escritora la retrata como una mujer desprendida de los bienes materiales y el dinero, que llevó una vida poco convencional, cambiando de casas y hasta de compañeros sentimentales. Escapó de todo lo que le recordaba a Rusia, pero de lo que jamás pudo huir fue de la sombra de su padre: Stalin.