Género y escritura

Elizabeth Duval es una escritora española, autora de la novela Reina (Caballo de Troya) y el poemario Excepción (Letraversal), ambos publicados este 2020.

Yolanda Segura es una escritora mexicana, autora de Persona (Almadía, 2019) y ha participado en las antologías Poetas parricidas (Cuadrivio, 2014) y Tsunami (Sexto Piso, 2018).

Duval consideró que las nociones de género como “literatura femenina” o “literatura trans” son solo una estrategia de mercadotecnia para conseguir un nicho de mercado. “Lo importante es cómo puede ser vendido un libro y no la formalidad de la obra. Esa es la relación primordial que tiene Reina con esos mecanismos del mercado”.

Segura criticó la conformación del canon clásico a partir de la mirada masculina, eurocéntrica, occidental y hegemónica, poniendo por ejemplo la perspectiva de Harold Bloom. “Se piensa en la literatura como discurso. Hay que pensarla como una relación social, una construcción comunitaria. Aunque se escriba en solitario o se firme por una sola persona son los diálogos lo que la construyen”.

Duval contó su experiencia de publicación de su novela y su poemario. A pesar de hablar de temas sociales, aseguró que el mercado editorial ha centrado la estrategia de mercado en publicitar que su autora es una mujer trans. Esto la ha hecho sentir que existe un borrado de su identidad más allá del género, como si lo único que importara de su escritura es la transexualidad.

Segura se mostró esperanzada de formas de resistencia ante la hegemonía cultural y el borrado de identidades. Mencionó estrategias como la creación de colectivos y publicaciones independientes.

Cuestionadas por Susana Pagano sobre la existencia de un lenguaje distinto entre los hombres y las mujeres; Duval aseguró que esto no necesariamente es cierto. La autora española recordó las posturas teóricas críticas que han hablado de una psicología distinta entre ambos géneros; sin embargo consideró que no es algo esencial, sino que cada autor puede explorar al respecto. Segura consideró que es el reduccionismo binarista la que ha ocasionado que intentemos encasillar las voces autorales en simplemente dos perspectivas, cuando podría haber muchas más.