“La religión significa tanto consuelo como temor"

En una de las pantallas, Marieke Lucas Rijneveld con su biblioteca blanca detrás en la que se distinguen algunos de sus libros, incluido la versión original en holandés de La inquietud de la noche (Ed. Planeta) que la lanzó a convertirla en la estrella de las letras de los Países Bajos y también en la ganadora más joven del premio Booker internacional en 2020 junto con su traductora al inglés Michele Hutchison.

“Lo curioso es que realmente no me ha costado buscar su tono. Ella está dentro de mi. Sigo teniendo la niña y creo que es importante para todos tenerlo”, le explica Marieke Lucas Rijneveld a la escritora y poeta colombiana Gloria Susana Esquivel, que en la otra pantalla aparece en un escenario totalmente diferente. Está en un salón oscuro donde la única presencia parece ser la luz que ilumina su rostro.

Esquivel le ha preguntado por Jas, la protagonista de este relato que tiene como evento central la muerte del hermano mayor. Pertenece a una familia de granjeros muy religiosos, que se desmorona cuando el mayor de los hijos muere.

“Son padres ausentes. Tienen amor pero no saben expresarlo. El amor que les sobra es para las vacas y no ven a sus hijos”, va reconstruyendo Marieke Lucas Rijneveld que asegura que no quería tratar mal a los padres, “son incapaces de educar a los hijos porque están llenos de tristeza. No quise juzgarlos, me gusta anteponer la luminosidad frente la oscuridad”. Por la realidad, como confiesa, los niños están solos y algunas veces van bien, y otras van mal.

“Creo que la religión significa tanto consuelo como temor. A veces yo pienso que en libros infantiles ponen edad mínima, pero esto no sucede en la Biblia. Jas ha creado una figura de Dios que también asusta, que le quitó a su hermano. Para los padres la religión fue apoyo pero para los niños no, es temor. En ese sentido es muy complejo. Ella sabe que Dios puede quitarles a las personas, y que en cualquier momento puede hacerlo”, sigue contando. Lo hace de una manera muy pausada, muy concreta, sin sentir necesidad de extenderse en las respuestas.

La historia de Jas -quien nunca se quita un abrigo rojo que le sirve de protección frente a al muerte- y sus hermanos tiene muchas similitudes con la vida de Marieke Rijneveld, quien con el pasar de los años le añadió el Lucas. “Todavía no he tomado la decisión si quiero ser hombre y mujer, por ahora me siento entre los dos pero siento también la libertad de que tengo el derecho de no tener que decidir de si ser hombre o mujer, contestó a una de las preguntas de los asistentes virtuales.

Como Jas, también creció en una familia religiosa que vivía en el campo, y también tuvo que enfrentarse a la muerte de su hermano mayor cuando tenía tres años. Las creencias religiosas se sus padres le prohibían leer muchas historias, especialmente de magia. Como Harry Potter. Lo descubrió en la biblioteca como tantos libros que sacaba prestados cada semana. Tanto le gustó, y como no podía comprarlo, lo trascribió para poder tener una copia. “Escribía desde muy pequeña, lo hacia sobre brujas. Publicaba un periódico de terror que lo depositaba en el buzón de la casa de mis amigos”, reconstruyó. Luego llegó un periodo de silencio hasta que a los 19 años se dijo: “Ahora sí quiero escribir un libro”. Empezó el proceso de escribir La inquietud de la noche, que le tomó seis años. En el intermedio siguió escribiendo un poemario que terminó por publicarse antes del libro. La buena aceptación de su poesía le dio el coraje para seguir adelante. “En la poesía siento mayor espacio porque no tiene reglas. En mis poemarios siento una libertad mayor que en mis novelas, no tienes que cumplir con el lector. Al final es un fragmento donde sucede todo”.

Hace pocos meses publicó su segunda novela, Mijn lieve gunsteling. “Es sobre una niña y un veterinario de 49 años y su historia de amor secreto. Ambos están en busca de sí mismos, su identidad propia e identidad sexual”.