ALERTA HAY | FERNANDA MELCHOR
Tuve el enorme honor de participar en el evento Alerta: Género, que tuvo lugar la tarde del sábado 9 de septiembre en el Museo de la Ciudad de Querétaro. Y digo honor porque no todos los días una escritora como yo tiene la oportunidad de escuchar y conversar con dos mujeres brillantes y comprometidas con la realidad social de México, como lo son la activista social Aleida Quintana y la periodista Anabel Hernández. Aleida Quintana, defensora de derechos humanos y acompañante de familiares de personas desaparecidas, es una valiente joven que ha sido amenazada e incluso agredida a causa de su labor como activista y porque reiteradamente ha señalado la responsabilidad directa de autoridades locales y estatales en la desaparición, muerte y trata con fines de explotación sexual de centenares de mujeres en el estado de Querétaro. Durante su participación, nos ofreció cifras y un breve recuento de casos que dejan en claro que el problema de la violencia contra la mujer no es un asunto endémico de ciertas regiones del país, sino una situación generalizada. Por su parte, Anabel Hernández -reconocida periodista de investigación que ha colaborado con los medios más importantes de México con reportajes sobre las relaciones de complicidad del gobierno mexicano con el crimen organizado- ofreció importantes argumentos que sugieren que la violencia que azota a nuestra ciudades no ha sido exclusivamente dirigida contra hombres, como popularmente se cree, sino que un importante número de víctimas desaparecidas y asesinas en los últimos años son mujeres jóvenes. Por mi parte, y aunque no me encuentro en la línea de fuego como estas dos valientes mujeres, hablé de la importancia del lenguaje y de las palabras que empleamos y de los discursos que consumimos –ya sea en la prensa, la televisión, la vida cotidiana o los emanados desde el poder-, los cuales es necesario analizar, confrontar, problematizar y desnudar con el fin de hacer visible la violencia estructural contra las mujeres, un primer paso para luchar contra el silencio, la omisión, la negligencia y la complicidad que han resultado en la muerte y desaparición de decenas de miles de mexicanas en los últimos años.