Joe Sacco: un artista del periodismo

Cuando Joe Sacco comenzó a darle vueltas a la idea de combinar sus dos grandes pasiones en la vida: los cómics y el periodismo, la novela gráfica no tenía el estatus que guarda hoy (un novelista gráfico, Nick Drnaso, formó parte de los finalistas del prestigioso premio Man Booker, novelas gráficas como Persépolis o Maus se han vendido por decenas de millones de ejemplares, diversas novelas gráficas han ganado premios Pulitzer, etcétera).

En su momento la praxis de Sacco, completamente fuera de la ortodoxia periodística era considerada como poco seria. Hasta que publicó su primer libro, Gorazde, sobre la vida en los Balcanes tras la cruenta guerra que desmembró la antigua Yugoslavia y todo cambió.

El libro se vendió por decenas de miles, después, se compilaron en un solo volumen los 9 fascículos que había publicado sobre su estancia en Cisjordania y la Franja de Gaza bajo el título Palestina y Sacco se convirtió en uno de los artistas y periodistas más reconocidos en el mundo.

Su particular estilo proviene lo mismo de Bruegel el Viejo que de Art Spiegelman. Fue parte del movimiento underground de cómic de los 80 en los Estados Unidos y tras un decepcionante paso por el periodismo tradicional (“so full of bullshit”, contó en entrevista en el Teatro de la República) decidió sumergirse durante largo tiempo particularmente en dos de las zonas en las que la configuración del tablero geopolítico que siguió a la Segunda Guerra Mundial generó mayor violencia: los Balcanes y el Medio Oriente.

Después de sus primeras inmersiones, Sacco volvió a ambos territorios y como consecuencia de estos viajes publicó dos libros más: Notas al pie de Gaza, que recupera la historia de dos masacres perpetradas por el ejército israelí en las comunidades de Rafah y Khan Younis, y La guerra en Bosnia, en donde, de la mano con un antiguo combatiente paramilitar, Sacco recorre los escombros de la encarnizada lucha entre serbios y bosnios.

Sacco es mucho más que un dibujante y un periodista: es también un narrador, un historiador y un analista político. Actualmente, según relató en la charla, trabaja en un reportaje sobre una reyerta que estalló en Little India en Singapur produciendo decenas de muertos y heridos y recién terminó un libro sobre el pueblo indígena de los innu en Canadá. En el primer caso, nos dice Sacco, le interesa “analizar el mecanismo de los disturbios en masa como dispositivo de disuasión política”, en el segundo “estudiar los mecanismos del colonialismo -una dinámica que continúa- en los territorios de pueblos originarios; sobre todo el análisis de cómo incluso el ejercicio del despojo y de la violencia se ha corporativizado en el mundo”. Las historias puntuales de Sacco siempre iluminan pasajes más amplios de la naturaleza humana y las dinámicas entre las culturas y civilizaciones.

Además de su obra maestra, La Gran Guerra, un acordeón de más de 20 láminas en donde Sacco realiza un lienzo sobre el 1 de julio de 1916, es decir el primer día de la batalla de Somme en la Primera Guerra Mundial, Sacco trajo consigo Bumf, una delirante sátira política en donde el artista norteamericano radicado en Portland imagina un mundo distópico en el que Richard Nixon se ha transfigurado en Barack Obama para hacer una feroz y despiadada crítica no sólo de la gestión del primer presidente afroamericano en los Estados Unidos, sino en general del poder político en este país.