Un recorrido por el X Talento Editorial

Justo al frente del Centro de Formación de la Cooperación Española se encontraba Daniel Mordzinski con cámara en mano, desde la calle, apuntaba a quienes serían los panelistas de la jornada, con sus indicaciones sacaba risas al grupo, a los vendedores ambulantes y hasta a los policías que patrullaban la zona. Estos últimos harían parte de las capturas, invitados por el mismo fotógrafo. Terminada la sesión, el grupo entró al mencionado Centro. Allí, en el salón Mutis, empezaron los abrazos y apretones de manos, evidencia de que el mundo editorial colombiano es pequeño, todos se conocían con todos. Las camisas y vestidos de flores con aves coloridas fueron la regla tácita de etiqueta en los asistentes.

Llegó la hora de inicio y el evento no arrancaba, faltaban algunos integrantes que harían parte del panel de apertura.

La jornada inició media hora tarde al ritmo de llamador y tambores, junto a la intervención del artista Guillermo Valencia, quien leyó un cuento de su autoría, El entierro de Cha Lole, que a ritmo de bullerengue convirtió la lectura de su relato en una puesta en escena. Terminada esta presentación, hablaron Carmen Inés Váquez (ministra de Cultura) y María Juliana Ruiz Sandoval (Primera Dama de la Nación) sobre la importancia de este evento como punto de encuentro para impulsar el desarrollo del sector editorial.

Al cesar de los aplausos se instaló la primera mesa, moderada por Daniel Fernández, presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) e integrada por Mariana Marczuk de Planeta Editores, Sebastián Estrada de Penguin Random House, Eduardo Riestra de Editores del Viento y Sergio Vila-Sanjuán, escritor español. En esta mesa se resaltó la importancia del papel del editor en la industria editorial, su valor como agente con un ojo agudo para encontrar obras de gran valor y acercarlas a un público específico. Si bien la mesa estaba integrada por representantes de grandes grupos editoriales, reconocen que las editoriales independientes pueden hacer apuestas que los grupos mencionados evitan. De este modo, pueden crear sus públicos y así, compartir el espacio del mundo del libro. Por último, abordaron el tema del uso y análisis de datos, donde el panel concordó que no existen pautas para su uso. Así, la detección de tendencias y descubrimiento de nuevos talentos siguen dependiendo del olfato y ojo del del editor.

La siguiente mesa, moderada por Andrés Ossa, nuevo director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), estuvo integrada por Emilia Franco De Arcila (Siglo del Hombre); Juan Orozco (Ícaro Libros); Paca Flores, (Contexto de Editores) y Diego Rabasa (Sexto Piso). Esta mesa resaltó el crecimiento de la competencia editorial, además de la necesidad de que todos los agentes presentes en la cadena del libro se involucren en la distribución de los mismos. Por otra parte, explicaron que debe existir una conciencia de los nichos de mercado en la distribución, lo cual conlleva a que las editoriales apunten hacia la especialización de sus contenidos. En este sentido, la profesionalización de los libreros es fundamental, para orientar eficientemente a los lectores que deben ser alcanzados mediante la distribución en todas las librerías posibles. En este contexto, se concibe al libro digital de manera complementaria, es decir, como una oportunidad de cobertura en lugares o canales donde no llega el libro tradicional. Si bien el mercado editorial está absorbido por las grandes corporaciones, las plataformas digitales, son una alternativa para aquellos libros que no circulan, sin embargo, pese a que abre nuevos segmentos de mercado, no funciona para todas las editoriales.

Terminada esta intervención, se dio paso a la mesa compuesta por Ana María Cabanellas, vicepresidenta del Centro de Administración de Derechos Reprográficos; Daniel Fernández, presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) y Nathalia Gómez Vargas, gerente del Centro Colombiano de Derechos Reprográficos. Allí compartieron puntos de vista relacionados con los derechos de autor desde la perspectiva de sus entidades, principalmente sobre la prevención de las reproducciones digitales y reprografía ilegal, para lo cual es importante la alianza con instituciones educativas y el establecimiento de licencias. Además, resulta fundamental la creación de alianzas con otros agentes del libro, ya que deben reconocer que tienen derecho a cobrar por su trabajo. Al respecto, se refieren a la conformación de asociaciones o clubes de autores, editores y titulares de derechos que, estando vinculados con estas entidades de control, reciben regalías provenientes de licencias reprográficas. La mesa coincide en que el sector con mayor vulneración a los derechos de autor es el universitario, por lo que es necesario que los centros reprográficos cuenten con las licencias requeridas para copiar el material de forma legal.

Finalizada esta mesa, inició el descanso de mediodía, los panelistas y asistentes se dieron paso hacia la salida del Centro, donde todos pasaron de unos artificiales 20°C a unos naturales y fatigosos 32°C. Los abanicos salieron, los sombreros se pusieron sobre las cabezas y las gafas oscuras completaron el look. El grupo se dispersó a sabiendas que se encontrarían hora y media después.

Cerca de las 3 pm, se dio inició a la mesa de Ellas editan, moderada por Margarita Valencia e integrada por Paula Andrea Marín, docente e investigadora de la Maestría en Estudios Editoriales del Instituto Caro y Cuervo; Pilar Gutiérrez, editora de Tragaluz Editores y Marianne Ponsford. Allí, dieron cuenta de la transformación del ejercicio profesional de las editoras desde hace 20 años, relatada a través de voces poderosas de mujeres que han trabajado en el mundo del libro. El panel indicó como hitos fundamentales durante este tiempo al libro digital y a la edición independiente, que llegaron a enriquecer el mundo del libro al lado a las grandes multinacionales del libro que tenían en la mano al mercado local. Además, agregaron que las nuevas librerías han sido parte de la conversación durante este tiempo junto al auge y especialización de las editoriales universitarias. Posteriormente, las editoras del panel llamaron a la transformación de las ferias, para vivirlas de otra manera y a considerarlas como una posibilidad de compartir las experiencias del trabajo de las editoriales emergentes.

Continuando con la línea discutida en la mesa anterior, se abrió el panel sobre edición independiente. La mesa fue moderada por Paco Goyanes de Librerías Cálamo, y acompañada por Rodnei Casares de la editorial Libros del Fuego, Alexandra Pareja de Angosta Editores, Paca Flores de Editorial Periférica y Emilia Franco De Arcila de Siglo del Hombre Editores. La conversación tuvo la intención de acentuar el trabajo de cada una de estas editoriales y otras que hacen parte de este ecosistema del libro, sus propuestas, además del contexto económico y digital que permitió el auge de las mismas. En relación con ello, los editores colombianos de la mesa coincidieron en que darle impulso a este tipo de propuestas es muy difícil, como consecuencia de las dificultades permanentes relacionadas con la creación de empresa. Específicamente, resaltaron que el librero es su principal aliado para llegar a las metas de facturación mensuales. Por último, la mesa en pleno concordó que la edición independiente es una posición política y humana, para abordar el ejercicio profesional, la búsqueda de autores y talentos.

Finalmente, llegó la última mesa de la jornada. En ese momento, la sala estaba con pocas sillas ocupadas, situación entendible, sabiendo que la jornada alcanzó en ese momento de las 10 horas de duración. Este panel fue moderado por Guillermo Altares y conformado por Sara Malagón (Revista Arcadia), Sergio Vila-Sanjuán (La Vanguardia) e Inés Martín (ABC).

Esta mesa se concentró en la importancia de la crítica cultural en la era digital y de las redes sociales, junto a los agentes que orbitan (influencers, booktubers, etc.) Todos reconocen cómo los medios se han transformado en este contexto, y cómo la calidad junto con la curaduría de sus contenidos es esencial dentro de su ejercicio profesional. La principal transformación, según la mesa, son los modelos de suscripción digital, donde los contenidos son publicados en la web, pero son exclusivos para los miembros suscritos. Por último, abordaron el ejercicio profesional de crítica cultural, la cual debe buscar lectores críticos y de calidad, es decir, interesados en los contenidos, más que buscar su atención con el fin único de pescar clics.

Después de los agradecimientos de los organizadores, Paco Goyanes y Ana Cañellas, se desataron los aplausos que clausuraron el evento. Esto dio pie para la salida de los asistentes, que, con ojos apagados pisaron la noche cartagenera y, que seguramente, cerraron el día con una copa en mano.