"Arequipa es una ciudad que adoro"

¿Desde dónde ha venido y cómo llegó hasta Arequipa?

Fui a Arequipa desde Sevilla (España) y viajé por avión pasando por primero por Ayacucho, ciudad que había visitado por última vez en 1976. Así que la experiencia me encantó.

¿Qué le ha parecido Arequipa y cuáles fueron sus momentos favoritos del festival/ciudad?

Viví en Arequipa de 1970 a 1971 y luego he ido muchas veces. Por lo tanto, es una ciudad que adoro y donde me plantearía vivir si alguna vez residiera de nuevo en el Perú. Me sentí muy a gusto caminando por el mercado de San Camilo cuando los puestos abrían a primera hora de la mañana, pero creo que el momento más especial lo viví el domingo sobre las diez de la mañana durante un acto de la Universidad Nacional San Agustín en la Plaza de Armas, cuando sonaron los acordes del Himno Nacional del Perú y todos los participantes, peatones, turistas y vendedores ambulantes se pusieron a cantarlo con la mano en el corazón. Eso en España sería impensable.

¿A qué eventos, además del suyo, ha asistido? ¿Qué recuerdo le ha quedado?

Asistí a las charlas de Pilar Quintana, Giovanna Pollarolo, Héctor Abad Faciolince, Renato Cisneros, Alonso Cueto, Santiago Gamboa, Edmundo Paz Soldán y Daniel Divinsky.

¿Cuál es la mejor pregunta que le han hecho y qué ha respondido a esa pregunta?

Una persona del público me preguntó si me parecía bien que le hubieran dado el Nobel de Literatura a Bob Dylan y me brindó la oportunidad de reclamar otro para Paul McCartney.

¿Cuál es su libro favorito de un/a autor/a peruano/a?

En novela Conversación en la Catedral (Mario Vargas Llosa), en cuento La palabra del mudo (Julio Ramón Ribeyro), en poesía 5 metros de poemas (Carlos Oquendo de Amat) y en ensayo Buscando un Inca (Alberto Flores Galindo). Pido perdón por la extensión, pero la literatura es como las bebidas alcohólicas y lo mejor es no mezclarlas.

¿Cuál fue el último libro que leyó y disfrutó?

Durante el vuelo de regreso disfruté con Adagios de Ciro Alegría Varona, admirado y querido amigo a quien vi en Arequipa después de muchos años. Me pareció una maravilla.

¿Qué consejo le hubiera gustado darle a su “Yo” de 16 años?

Que no tema equivocarse ni fracasar, pues las mejores cosas las aprendí después de cometer errores y los mejores amigos siempre aparecen en los momentos malos.